Publica en mi blog la dinámica de Educación Emocional que has puesto en marcha en tu aula.

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Durante este mes de julio debido a su interés y centralidad en la Educación Emocional voy a sacar en 4 entradas blog un largo artículo publicado en la REVISTA EDU-K en mayo 2016.

¿De qué tipo es la relación en la que nace el aprendizaje?

Vamos ahora a centrarnos en esa relación necesaria para esa vivencia de aceptación positiva de la novedad y por tanto del aprendizaje. Ya he indicado que la relación del bebe con la madre es una relación de confianza, clave para producir el apego y establecer las condiciones para el desarrollo emocional y personal de toda la vida. Pero, ¿de qué tipo es la relación en la que nace el aprendizaje?

Es un tipo particular de esa relación de confianza. Esa que se establece con una figura de confianza, dirigida a una finalidad concreta: adquirir elementos claves para la vida personal. Esta finalidad particulariza la relación, que no se dirige a todos los aspectos de la persona, como por ejemplo la manutención, el techo, etc., que son parte integrante de la relación de confianza madre-hijo, que es una relación integral: lo abarca todo, sino solo a su inserción en la cultura y en la sociedad común y particular en la que vive.

 Educación y cultura

La relación docente-alumno se refiere a los aspectos del hacer, de adquirir los aspectos culturales acumulados en la historia de las comunidades humanas que son necesarios para encontrar actividades que permitan integrarse en la sociedad y salir adelante en la vida. Dicho en breve, introducir en la cultura en la que vive todo ser humano. Dentro de la cultura se encuentra la base para el trabajo, para la actividad que proporciona el sustento económico de la persona, pero no solo. La Educación proporciona los elementos básicos de la cultura que posibilitan la entrada en el mundo social de cada persona. La educación es necesaria a todo ser humano, porque la cultura, como el idioma, es particular, ya que se produce en el seno de la relación humana y hay que conocerla en concreto.


La educación es necesaria a todo ser humano,

porque la cultura, como el idioma, es particular,

ya que se produce en el seno de la relación humana

y hay que conocerla en concreto.


Dicho con otra terminología, en la familia se produce la socialización primaria y en la escuela la socialización secundaria. Sin embargo esto no es exacto ya que en la escuela proporcionan los elementos culturales que facilitan la socialización secundaria, no directamente la socialización. La escuela trata de acercarse lo máximo posible a la socialización, a introducir dentro de la vida económica y social real, pero al final lo que hace es proporcionar los elementos culturales necesarios para la socialización y la distancia entre escuela y vida real permanece a pesar de los esfuerzos para reducirla.

Educación y persona

Hay un aspecto en que esa relación de aprendizaje que mira a la integridad de la persona. Esta finalizada a un aspecto, la socialización, pero dentro de un marco: la persona. Y todavía le podríamos poner una concreción más: está finalizada al hacer, a la actividad del ser humano, que esa es su participación en la sociedad.

Para profundizar en esto nos sirve el análisis de Martín Buber (Buber, 1998). Para Buber, la relación docente-alumno para ser generadora de aprendizaje debe ser una relación Yo-Tu y no sencillamente una relación Yo-Ello. La relación Yo-Tu tiene en cuenta, descubre, la persona. Y la persona es siempre un fin en sí misma. Es más, es el ser que se pone a sí mismo los fines. Es por tanto un ser que decide por sí mismo. Es la relación que se establece con sujetos.

La relación Yo-Ello es una relación instrumental, y es la que se establece con objetos, que no tienen un fin por sí mismos, sino solo el fin que se les concede. Esta es la gran tentación del docente: establecer los fines por sí mismo, establecer relaciones yo-Ello con sus alumnos, donde todo, lo que se debe aprender, lo que se debe hacer en cada clase, viene decidido pro el docente. En este tipo de relación, el docente cree saber mejor que el alumno lo que le conviene al alumno.


Persona es aquel ser que no se presta a la utilización.


El análisis de Kant de la noción de persona, que está en el origen de los derechos humanos, es plenamente coincidente con esta idea de la no instrumentalización, ya que en el centro de la moral kantiana está la idea de que persona es aquel ser que no se presta a la utilización: «obra de tal modo que uses a la humanidad, tanto en tu persona como en la persona de cualquier otro, siempre al mismo tiempo como fin y nunca simplemente como medio» (Kant, 1999).

Es evidente que la relación docente-alumno tiene aspectos instrumentales, algo obvio ya que está finalizada a que el alumno adquiera los elementos de la cultura. Desde ese punto de vista, al ser instrumental, hay un aspecto de desigualdad: se está en ella en función de adquirir los elementos de la cultura y también se pueden encontrar los límites de la relación de aprendizaje: que permita adquirir esos elementos.

Pero también es obvio que la relación no es meramente instrumental, sino que al dirigirse a la persona tiene aspectos Yo-Tu necesariamente y sin esos aspectos Yo-Tu dejaría de ser una relación humana y se quedaría en una relación yo-Ello o, lo que es lo mismo, Sujeto-objeto, donde el sujeto es el docente, que es por tanto el único capacitado para poner fines, y el objeto es el alumno, y por tanto en tanto que tal objeto incapaz de poner medios y solo le toca obedecer a los dictados del profesor.

Desde este punto de vista es interesante recalcar que hay que dotar al alumno de autonomía, lo cual implica la confianza en que tiene los recursos necesarios para ser responsable de su aprendizaje.

La relación de aprendizaje: 2 sujetos iguales

A estas alturas podríamos decir que la relación en la que se produce el aprendizaje es una relación Yo-Tu que tiene en su seno aspectos instrumentales. Es precisamente de ese modo, ya que en el mismo momento que aparece una relación Yo-Tu, ambos sujetos, porque ahora ambos lo son, están capacitados para poner fines y, por tanto, necesitan ponerse de acuerdo entre ellos respecto a esos fines.

Destaca ahora que el alumno también pone fines a su relación de aprendizaje y si esos fines no se respetan dentro de un diálogo real entre iguales, la relación misma de aprendizaje desaparece.


El alumno en la educación es persona

y para que aprenda,

es necesario que esa condición de persona sea respetada

a lo largo del proceso de enseñanza-aprendizaje.


Esto significa que el alumno en la educación es persona y para que aprenda, es necesario que esa condición de persona sea respetada a lo largo del proceso de enseñanza-aprendizaje, lo que implica directamente que el alumno debe tener la capacidad respetada en todo momento de poner límites y establecer fines a su propio aprendizaje.

El alumno es persona

¿Por qué es necesario que el alumno sea persona? Precisamente porque el aprendizaje consiste en la incorporación de nuevos elementos al propio mapa mental, a la propia visión del mundo. Y solo la persona puede cambiar el propio mapa mental, ese cambio no puede realizarse desde fuera por otro sujeto. El cambio pasa por la aceptación de la novedad descubierta por la sorpresa, curiosidad e interés, y eso también es una acción estrictamente personal que no puede ser realizada por otros, tampoco por el profesor. Esto nos lleva a concluir que el alumno necesita ser persona para aprender, ya que el acto de aprender es un acto libre, y eso solo es respetado en una relación entre iguales en ese momento crucial de la aceptación personal de la novedad.