Carolina Pérez Ruiz. Maestra Audición y Lenguaje, Especialista en Psicología Positiva e Inteligencia Emocional. EMOTIVACPC. www.emotivacpc.es
El autoconocimiento es uno de los pilares fundamentales que comprenden las competencias emocionales y construyen nuestra inteligencia emocional. Una parte importante de este autoconocimiento, además de saber identificar las emociones propias y saber a qué responden en cada momento, también es la habilidad para saber identificar fortalezas y debilidades. En este juego de autoconocimiento, es donde aparece la autoestima, unida a la imagen que uno tiene sobre sí mismo (descripción física, social y espiritual).
Podemos decir que la autoestima es el conjunto de pensamientos y emociones que hace que nos veamos de una determinada manera en una situación concreta, valorándonos positiva o negativamente.
Es importante entender que cada persona tiene tantos niveles de autoestima como áreas tenga en su vida. Por lo tanto, la baja autoestima, en las diferentes áreas, manifiesta la dificultad que tiene una persona para sentirse valiosa. La principal consecuencia de una autoestima baja se relaciona con la falta de confianza que tenemos respecto a nuestras capacidades para afrontar los desafíos, evitando así, enfrentarnos a ellos. Por ejemplo:
- Vida académica: bajo rendimiento escolar por no creer en nuestras capacidades y potenciales talentos.
- Vida social: escasez de relaciones por miedo o inseguridad ante lo que los demás pueden pensar o esperar de mí.
- Vida personal: retraimiento y menosprecio a uno mismo por no atrevernos a cambiar determinadas circunstancias y salir de los roles autoimpuestos, así como los que forman parte de las creencias que uno tiene sobre lo que se supone que debo ser, en función de lo transmitido en la familia, principalmente.
Decimos que una persona tiene una alta autoestima cuando se valora positivamente y está satisfecha con sus habilidades y comportamientos. Estas personas tienen confianza en sí mismas, conocen cuáles son sus puntos fuertes, pero también identifican sus puntos débiles, por lo que intentan mejorarlos, siendo la crítica que se hacen a sí mismos respetuosa.
La autoestima de una persona es muy importante porque puede ser el motor que la impulse a triunfar en la vida o hacer que se sienta verdaderamente infeliz, aun a pesar de que parezca que lo tiene todo. Por ello es importante que sea un contenido a trabajar en educación.
¿Qué podemos hacer desde el aula? En primer lugar observar.
Tras evaluar cuales son las causas específicas que han llevado a la persona a sentirse poco valorada, lo ideal sería trabajar enfocados a gestionar esas emociones y pensamientos para que así, la persona se sienta más dueña de sí misma y más cerca de sus objetivos vitales.
¿Cómo?
- Fomentar la identificación de metas y aprender a elaborar planes de acción: qué quiero, cuándo lo quiero, qué voy a hacer para conseguirlo, qué necesito…
- Haciendo actividades para la identificación de talentos, para que los chavales hagan la reflexión acerca de aquellas cosas en las que son buenos.
- Haciendo descripciones sobre ellos mismos, destacando fortalezas personales y debilidades… aprender a proteger debilidades apoyándose en las fortalezas.
- Planteando dinámicas de resolución de conflictos a partir de experiencias pasadas de superación.
- Haciendo actividades que favorezcan el feedback positivo entre compañeros de clase: los que más me gusta de mi compañero es…
- Haciendo apreciaciones sobre los comportamientos positivos de los alumnos, en lugar de dar por hecho que deben cumplir las normas (que evidentemente sí).
- Utilizando un lenguaje emocional que refuerce los logros de los alumnos: estoy contento con tu trabajo… me siento orgulloso de tu esfuerzo… confío en que puedas recuperar este examen… si necesitas ayuda puedes contar conmigo…
- Usando unas normas claras y constantes, donde el alumno puede sentirse seguro, sabiendo qué se espera de él en cada momento.
- Reforzar positivamente la autonomía y las iniciativas.
- Evaluando desde la individualidad, en vez de utilizar la media del aula partiendo desde unas expectativas demasiado exigentes a nivel madurativo.
Desde el punto de vista de la Psicología Positiva, el descubrimiento de herramientas internas y la identificación de fortalezas personales, son 2 aspectos primordiales que ayudan a las personas a alcanzar sus metas, mejorar el rendimiento, enfrentarse y superar las dificultades y retos del día a día y salir reforzados de ello, y finalmente ser más felices. Una autoestima sana comienza por quererse y cuidarse.
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