Respeto

Durante tiempo he estado pensando que el respeto es una emoción de la familia del miedo, ya que muestra todas las señales corporales de la sumisión, algo que efectivamente la acerca al miedo que es el poseedor de esas señales. El miedo sitúa por debajo, sitúa de forma defensiva frente al agresor, incluso invita a huir. Mostrar miedo en las jerarquías, es mostrar al otro que tiene espacio para avanzar, para incrementar la agresión. El miedo por otro lado defiende las columnas de nuestra seguridad, lo que es fundamental para nosotros. Salta cuando algo importante para nosotros puede ser agredido. El miedo por tanto está ligado a la seguridad, y a lo que son elementos clave de nuestra vida. El respeto tiene esas señales de sumisión: no permite agredir al otro, nos hace mostrar sumisión hacia aquello que respetamos. Sin embargo, después de muchas experiencias con emociones y reflexionar ampliamente sobre el tema, he [...]

La relación docente-alumno (1/4)

Durante este mes de julio debido a su interés y centralidad en la Educación Emocional voy a sacar en 4 entradas blog un largo artículo publicado en la REVISTA EDU-K en mayo 2016. El cambio actual de la educación La relación docente-alumno parece ser la clave para conseguir el cambio actual en la función del docente. Efectivamente el docente está pasando desde transmisor del conocimiento, su función de antaño, hasta guía-coach del aprendizaje. Función que es pura necesidad en la sociedad del conocimiento, en la que toda la información posible, mucha más de la imaginable para una sola persona, está plenamente disponible para los alumnos. Y además el acceso a esa información es natural para estos que ya han nacido y crecido rodeados de TIC. Actuar como guía-coach implica para el docente una atención a la relación. El nuevo docente está pendiente del sujeto, el alumno, y menos del conocimiento, la función tradicional. Actuar [...]

El enfado cuando se complica

Normalmente en Educación Emocional utilizamos las emociones como guía para descubrir nuestras necesidades. Pero no todas las emociones son un buen guía para la acción. Indica la necesidad solo la emoción primaria, la que está en el fondo de nuestro sentir conectado directamente con nuestras tripas, con el hondo de nuestro ser. Especialmente en el enfado es importante distinguir si es una emoción primaria. El enfado tiene una buena capacidad de ser una emoción secundaria y tapar otras emociones. Es el caso de un enfado que tapa una tristeza. En realidad nos sentimos tristes, pero nos cuesta mostrarnos como tristes y mostramos de forma casi automática un enfado para alejar a los que pretendan acercarse para consolar nuestra tristeza. Es muy posible que en nuestra consideración de nosotros mismos estar tristes sea igualado a ser débil. Estas son las situaciones que propician la aparición de un enfado secundario. Hay que darse cuenta que el [...]

La desvalorización

La emoción es un proceso, un flujo. La emoción es un elemento dinámico de la interioridad, no se mantiene igual y el transcurso del tiempo la modifica. Es decir no es una situación estable, tiene comienzo y tiene (debería tener) final. Ese proceso está dirigido a la satisfacción de una necesidad, es decir, cuando la persona satisface la necesidad, la emoción finaliza, desaparece, dejamos de percibirla. En casi cada uno de los momentos sucesivos de ese proceso podemos interrumpirlo. Es decir, no está escrito que el proceso de una emoción llegue a su final siempre que se pone en marcha. Cuando se interrumpe lo que sucede es que la emoción no desaparece, se almacena y va a estar ahí hasta la satisfacción de la necesidad. Una necesidad del organismo vivo que haya aparecido y sea detectada por el sistema emocional no desaparece a no ser que se satisfaga. Por esto, cuando interrumpimos la emoción se almacena, el organismo la conserva porque le interesa “saber” que la necesidad no está satisfecha. […]