Mayte es la conserje del C.P. Pío XII, colegio público que se encuentra en Madrid, cercano a la plaza de Castilla. Mayte lleva muchos años atendiendo la puerta, controlando la entrada y la salida de cada alumno del colegio y realizando otras mil tareas diversas. Conoce a cada uno por su nombre y por supuesto también conoce a su padre y a su madre, y también cuando es un antiguo alumno que viene a recoger a su herman@.
En resumen conoce a todos y los conoce personalmente, conoce sus historias y se preocupa por cada uno. Sabe dar besos y los da con frecuencia con un “buenos días” alto, claro y sobre todo muy cariñoso. Sabe apoyar a los padres/madres de los alumnos de infantil cuando el pequeño llora al entrar, lo he visto hacer y lo ha hecho con la mía varias veces también, sabe decir lo oportuno a los alumnos más mayores. Los padres/madres confían en ella.
Tiene una Inteligencia Emocional muy desarrollada. Los niños lo perciben y acuden a ella constantemente: necesitan su cariño y su abrazo, se entretienen un momento esperando el beso si ella está atendiendo otra persona. Es un gran ejemplo para mí como profesional y como padre.
Se preocupa del comedor, se preocupa de la ropa que pierden los alumnos y la recoge. Atiende a los que están enfermos y los cuida mientras vienen a recogerlos y los despide con una gran sonrisa y un abrazo.
El sello distintivo del colegio es una mezcla cultural y humana grandísima, con alumnos de todas las procedencias: marroquís, vietnamitas, chinos, ecuatorianos, colombianos, paraguayos, rumanos, un buen grupo de etnia gitana, y españoles, una convivencia de lo más variada. En esa mezcla venida de todo el mundo y que contradice con su realidad los localismos cerrados y parece trasladarnos a ese futuro, que ya está aquí, de la aldea global, Mayte se encuentra en su elemento y a todos se dirige con esa arma del cariño.
En resumen Mayte realiza una labor importantísima de cohesión, de relación, de acogida, de saber hablar a cada uno. Su papel es fundamental y el colegio sería algo muy distinto sin ella.
Cuando hablo de programas de Educación Emocional se suele trabajar sobre los docentes, el equipo directivo… lo que parece importante a primera vista. Yo siempre digo que todo el personal de la escuela debe incluirse, ya que todos son importantes, desde la secretaría, hasta los que atienden el comedor o cuidan el patio o dan las actividades extraescolares. De esa importancia me ha convencido Mayte a la que veo diariamente desde hace años. Una persona con un papel fundamental en el entramado emocional del colegio. El colegio, sus relaciones se hacen más humanos por su presencia.
Esta entrada quiere ser un homenaje a todas esas personas que a veces pasan desapercibidas, pero cuya labor en la educación es imprescindible para que funcione, para que un colegio pueda ser un sitio humano en el que confiemos porque enviamos ahí nuestros hijos cada día.
Desde aquí reitero toda mi gratitud y agradecimiento a Mayte la mujer que ha ocupado el corazón de muchos niños, durante unas cuantas generaciones.
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