Durante bastante tiempo yo personalmente he considerado casi sinónimos estos 2 términos: educación inclusiva y educación personalizada. Muchos colegios desde hace tiempo tienen una educación personalizada. Sin embargo, ahora me parecen diametralmente opuestos dentro de lo que se denomina “nueva educación” y quería haceros llegar mis ideas sobre la cuestión.

La luz me ha venido al ver una información de prensa sobre el Colegio Fuenllana de Alcorcón, Madrid. Me ha llamado poderosamente la atención una frase del artículo, que cita a la web del Colegio: “Que vuestros hijos tengan control de esfínteres es muy importante ya que al colegio vendrán ya sin pañales (¡son ya mayores!). También es importante que aprendan a comer solos y sepan utilizar bien los cubiertos (tenedor y cuchara)”. Esta frase junto a la idea repetida de educación personalizada ha hecho que se encendiera una luz.

Educación personalizada significa que se ajusta al niño, a cada uno de ellos, al sistema educativo del colegio. Ojo, el fondo es ajustar el/la niñ@ al colegio. Se personaliza para que el niño/niña tenga facilidades de adaptación al sistema, el fin último es adaptarle el sistema educativo implantado. Educación inclusiva significa, por el contrario, que el sistema educativo del centro se adapta al niño/niña. Hay tanto sistemas educativos como niñ@s.


Una primera diferencia abismal entre ambos sistemas es que la educación personalizada permite ser selectivo con los alumnos


Una primera diferencia abismal entre ambos sistemas es que la educación personalizada permite ser selectivo con los alumnos, incluso fuertemente selectivo como el caso de Fuenllana. Ya ellos mimos indican que seleccionan por control de esfínteres. Es decir que los niños/niñas de 3 años ya no llevan pañal. En Fuenllana en realidad no hay niños, tratados como niños: ¡son ya mayores! Así piden que vengan: ¡mayores!  La cosa no acaba ahí, es un colegio solo femenino desde los 6 años y por mi experiencia en este tipo de colegio la selección no acaba ahí, está insertada en el ADN del sistema.

La educación inclusiva no es selectiva, ese es precisamente su signo distintivo: incluir a todos, la base del sistema y el esfuerzo tremendo que debe hacer el claustro y el sistema educativo: incluir a todos los niños reales que aparezcan en el colegio. El niño puede tener síndrome Down o carencias lingüísticas por ser inmigrante, o presentar dificultades de relación con sus compañeros o de asimilación de los contenidos, … o de control de esfínteres. El sistema inclusivo va a hacer todo para ajustarse a él y sacar lo mejor que como persona tiene, que siempre es mucho, y así hacerle crecer.


Esta es la convicción fundamental de la educación inclusiva: cada persona es extremadamente valiosa y si se le proporcionan las condiciones adecuadas, terminará floreciendo.


Si se lee con atención se puede ver una diferencia de finalidad muy destacada. El sistema personalizado que he descrito se dirige a los resultados académicos, el artículo sobre Fuenllana es la prueba fehaciente: su objetivo es conseguir que los niños obtengan buenos resultados académicos. Por su lado, el sistema inclusivo prepara para la vida, de la que lo académico y lo profesional es solo una parte, importante, pero parte. El sistema inclusivo tiene en su médula la importancia de la convivencia, del desarrollo personal, de la inteligencia emocional. Ser inclusivo implica que llega a todas las facetas del ser humano, porque sino no podría incluirlos a todos.

Se pueden pensar varias cosas.

La primera es que yo he llevado la discusión a los extremos y que ambos sistemas en la práctica se acercan bastante, y estoy de acuerdo en esto en muchos casos. Personalizar es adaptarse al niño, flexibilizar el sistema para el niño. Incluir necesita también llevar a un sitio a un sistema, enseñar unos contenidos, que son a la fin y a la postre finalidad de todo sistema educativo, marcado por las leyes de la educación. Es decir en la realidad ambos sistemas están más cerca de lo que parece.

La segunda es que el sistema de Fuenllana funciona, lo puedes leer en el artículo, y seguramente muchos padres/madres buscarán dar a sus hijos una educación con tan buenos resultados. Aquí se suele funcionar con la idea de no arriesgar en la educación de la hija, asegurarle un buen centro. Esta es la fortaleza del sistema selectivo. No consigo evitar decir que la emoción detrás de la búsqueda de seguridad, de evitación del riesgo, es el miedo.

La tercera es que la educación inclusiva es más arriesgada, cualquier sistema que opte por la libertad lo es, aquí es promocionar la libertad del niño en el ambiente real en el que vive, y eso es efectivamente muy arriesgado y necesita una gran confianza en el niño/niña. Esta es la debilidad de la inclusión.

La cuarta es mi opinión concreta: aunque es verdad que los sistemas en la práctica diaria pueden acercarse mucho, al final son radicalmente diversos. La diferencia está en la idea selección. Una vez que la selección ha entrado en un sistema, acaba impregnándolo todo y cambia sobre todo la idea de lo que es un niño: alguien que debe adaptarse al sistema, quien no se adapta sale del sistema. La idea de la inclusión es radicalmente diversa: debemos hacer sistemas que se adapten a las personas, cualesquiera que sean las dificultades de esto.

En resumen o la institución está por encima de la persona, o la persona está por encima de la institución. Este es el dilema de fondo de la nueva educación.


Me gustaría oír tus opiniones sobre este tema tan central en la idea de educación.

¿Es posible la educación inclusiva? ¿cuáles son los límites de la inclusión? ¿siempre hay que seleccionar de algún modo para mejorar los resultados?