Resumen: El aburrimiento es una emoción intensamente desagradable. Para el ser humano es tan importante sentir emociones que cuando no las siente aparece esta emoción desagradable, el aburrimiento, para indicarle que en esa situación está mal. El ser humano vive bien en el cambio y el movimiento y mal en la inactividad. El aburrimiento se produce de modo especial en la adolescencia. El adolescente necesita probar, inhibe el sentido del riesgo y busca emociones fuertes, se convierte en extremo. Para los profesores es una situación de impotencia.
El aburrimiento es una emoción importante, que tiene incidencia especial en la adolescencia, pero que no se ciñe a esta. Un adolescente lo peor que te puede decir es que: ¡Esto es un rollo! ¡Me aburro! Expresión que provoca en el profesor una especie de impotencia o frustración por no saber qué hacer para hacer salir de esa situación emocional que le parece inhibir cualquier interés.
El aburrimiento es una emoción intensamente desagradable que se produce cuando no estamos sintiendo nada, es decir cuando no hay emociones en nuestra vida. Para el ser humano es tan importante sentir emociones que cuando no las siente aparece esta emoción desagradable, el aburrimiento, para indicarle que en esa situación está mal, que se mueva, que cambie que busque.
El aburrimiento tiene que ver con la tranquilidad, se percibe tranquilidad externa, pero esta no genera paz interna, sino todo lo contrario, molestia, tanta tranquilidad se torna fuertemente desagradable. Esta mezcla de tranquilidad externa y fuerte molestia interna tiene un doble efecto de narcótico para la actividad y de impulso que rompe la inercia a hacer algo. El ser humano, como ser vivo, vive bien en el cambio y el movimiento y mal en la inactividad. Es un ser inquieto. El aburrimiento es desmotivador sobre lo que está presente, se lo ha valorado como tranquilidad negativa y tiende a llevar a buscar el incentivo, la emoción, en otro lugar.
Se produce por ejemplo en situaciones de la vida de intensa seguridad, épocas en que la persona no sale de su círculo de comodidad, o en las que se ha construido un círculo de comodidad bien blindado del que no sale. Quedarse en esa misma situación ya segura, ya consolidada desde hace tiempo va a provocar aburrimiento: haz algo con tu vida, busca nuevas metas.
En las épocas de actividad frenética, a veces se busca en los días de descanso el aburrimiento, una especie de narcótico frente al activismo, y se pasa la tarde entera caídos en el sillón frente al televisor, aburridos. Se entra en un círculo vicioso de frenética actividad y descanso aburrido.
El aburrimiento se produce de modo especial en la adolescencia. Yo personalmente lo tengo asociado a las tardes de verano de mi adolescencia en Mallorca, todos tirados en los sillones y con la pregunta: ¿qué hacemos? La incidencia en la adolescencia se debe a que es una época en que la nueva experimentación del mundo necesita fuertes emociones. El adolescente necesita probar, inhibe el sentido del riesgo y busca emociones fuertes, se convierte en extremo: emociones fuertes e indolencia fuerte. Por eso es especialmente proclive al aburrimiento, en cuanto no hay emociones fuertes se aburre y se pondrá en movimiento para buscarlas.
Para los profesores es una situación de impotencia, porque en el actual sistema educativo es muy difícil producir esas emociones fuertes que demanda el adolescente y con demasiada facilidad su clase se convierte en un rollo, sin más respuesta que seguir adelante explicando, arrastrando a alumnos notoriamente poco interesados. Una situación desmotivadora para el alumno y también para el profesor.
El profesor debe tener en cuenta esta circunstancia con sus alumnos adolescentes porque si deja que se genere el ambiente de que la clase es un rollo, le va a costar mucho más recuperar la motivación y el interés, los adolescentes van a vivirla esperando que acabe o regodeados en su indolencia. El sistema educativo debería ser lo sufrientemente flexible para responder a esta situación emocional de la adolescencia.
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