familia en la cama

Me he encontrado en el blog de una organización cuya finalidad es la familia, la siguiente afirmación sobre la paternidad “La familia no es una democracia; es una dictadura benévola. En ella hay un gran respeto por los sentimientos de los niños y estos se comprenden, pero es necesario trazar una línea y establecer límites. La disciplina debe ser buena y consistente y debe enseñar y no castigar o avergonzar”.

No estoy para nada de acuerdo, y voy a exponer directamente lo que pienso: La familia es una democracia donde cada uno tiene la libertad que tiene realmente y se le escucha y hace  caso siendo realmente la persona que es, con sus capacidades y posibilidades. Los niños no dejan de tener capacidad de decisión por ser menores, no es algo que llegue de golpe a los 18 años. La familia es lo que debe ser cuando respeta esa libertad y quizá es la única institución que es capaz de hacerlo.

Al respetar de ese modo la libertad la familia es la institución que fomenta la libertad y por tanto el crecimiento como persona de cada ser humano que hay en ella. Sin libertad y sin crecimiento en libertad, no hay crecimiento como persona. Crecer como persona y crecer en libertad se identifican.

Así que de dictadura nada, la democracia que más respeta a cada uno y lo hace con una delicadeza inmensa, tan inmensa que le llamamos amor. Algo que a las demás instituciones democráticas les cuesta mucho adaptarse y parecen trabajar para un adulto ideal, perfecto y capaz de decidir con plenitud. Claro de ese modo se les escapan las personas diferentes por la causa que sea: tanto síndrome down como orientación sexual.

En la familia es por tanto posible respetar a cada uno en lo que es y es buena familia cuando lo hace así. A la escuela le conviene también este respetar a cada uno en lo que es, pero también le cuesta mucho y trata en masa, y evalúa en masa, y le cuesta reconocer las diferencias para tratar igual.

Además me sorprende especialmente el énfasis sobre las normas y los límites del texto que comento. Una familia con énfasis en las normas, efectivamente no es una democracia, es una dictadura, como bien reconoce el texto y por muy benévola que sea no deja de ser una imposición que no tiene en cuenta la libertad. Este tipo de familia dictatorial existe e impone creencias y trabaja sobre la autoridad.

A nivel emocional educar sobre la autoridad significa educar sobre el miedo y no sobre la libertad. Creo que esto bastaría, pero voy a añadir: significa en el fondo una desconfianza en los hijos y en el fondo en la naturaleza humana. Los padres deciden creencias, valores, límites, normas, a los hijos solo les toca ser encarrilados, no vaya a ser que se descarrilen en este mundo perverso. Así que el miedo desde el que educan es miedo que tienen los padres a este mundo perverso.

No voy a seguir sacando conclusiones. Baste lo dicho para entender que tenemos delante dos modelos de familia. La que educa sobre las normas, los límites y el miedo, y la que educa sobre la libertad y la confianza, en el hijo y en el mundo. Los dos modelos son radicalmente diferentes.