Resumen: La clave es para el coach no responsabilizarse de aquello que es responsabilidad de la persona que acude al proceso. Esto es lo que hace a la persona crecer. Entre las conversaciones profesionales, el coaching se distingue precisamente por estar atento a no hacerse cargo de las responsabilidades de la persona. El coaching tiene como base hacer crecer la libertad real de las personas.
Hay una pregunta en el coach debe plantearse en cada proceso que comienza: ¿Qué es lo que el otro cree que no puede hacer solo? ¿Qué es lo que la persona que acude a mi cree que no puede hacer solo?
Una persona acude a un proceso de coaching y hay dos premisas: (1) esa persona quiere conseguir algo, una meta un objetivo, y (2) cree que precisa ayuda para alcanzar esa meta, es decir, piensa que no es capaz de conseguir esa meta solo. Esto es así porque si cualquiera de esas 2 premisas no se da o la persona no acude a un coach o está confundida sobre lo que es un proceso de coaching. En este segundo caso bastará con que el coach le aclare que es el coaching.
Por tanto volvemos a nuestra pregunta clave que el coach debe realizar siempre: ¿Qué es lo que el otro cree que no puede hacer solo? La respuesta a esta pregunta va a determinar las posibilidades reales del proceso. Es decir: ¿Qué busca la persona en el coach?
Y aquí aparece una de las cosas más importantes del coaching que lo ha hecho triunfar y que lo distingue de otras formas de conversación profesional. El coach debe plantearse siempre: la persona que ha acudido a él/ella como profesional: ¿Intenta responsabilizarle de algo que es de la persona? Esto es algo que le va a ayudar al comienzo del proceso, pero que debe estar presente a todo lo largo del trabajo. El coach debe estar pendiente para que la persona no intente responsabilizarle de algo que es de la persona.
Esta es la clave: el coaching busca siempre, esto es lo específico del coaching, que las personas se hagan responsables de sus procesos, de sus metas, de todo lo que les concierne. Este es un punto determinante. Por eso en el coaching no solo importa la meta sino también el camino, el desarrollo, el aprendizaje que la persona hace para conseguir su meta. Por esto precisamente el coaching implica un desarrollo personal, un crecimiento.
El coach no es un experto con una solución técnica, como puede ser un abogado, o un consejero financiero o incluso un psicólogo. Todos esos aspectos, en caso de ser necesarios, son responsabilidad de la persona y no del coach.
Por cierto, la imagen simboliza quizá una actitud de ayuda que no sería la del coach, en ese caso del profesor, este no debe hacer aquello que sus alumnos pueden hacer por si mismos.
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