Entrada escrita por Daniel Sancho Tos, entrenador deportivo emocional y fundador de NECESPORT, además de padre con 2 hijos con TDAH y que padece el síndrome, él mismo.
En diferentes ocasiones he podido leer opiniones y afirmaciones, sobre la existencia o no, del Trastorno por Déficit de Atención con o sin Hiperactividad (TDA/H). De las opiniones que defienden la teoría de la no existencia de tal trastorno, no voy a criticar nada. A mí personalmente me vale la opinión de Psicólogos y Psiquiatras reconocidos como Rojas Marcos, los cuales se han preocupado de informarse y formarse sobre algo que afecta a muchas personas y que hasta hace unos años no se le había podido poner nombre, lo que implicaba no saber ponerle solución.
Soy padre de 3 hijos, maravillosos los tres por cierto, de los cuales 2 de ellos han sido diagnosticados con TDAH. Cuando me fui informando de las características de dicho trastorno, descubrí que muchos de esos rasgos, situaciones, sentimientos, y vivencias, las he ido yo también experimentando durante mi vida, aunque yo no fui en mi época diagnosticado de TDAH. Luego tengo una experiencia de primera mano sobre lo que están viviendo mis hijos, y también sobre la importancia de un diagnóstico acertado y preciso. Porque no nos engañemos, en ocasiones se está sobre diagnosticando y eso lleva al escepticismo en muchos casos.
Caso aparte es el tema de la medicación, debate sobre el que no voy a entrar, ya que cada uno debe decidir sobre como ayuda a su hijo y después de analizar los pros y los contras del tratamiento. No creo que ningún Padre o Madre tome una decisión en cualquiera de las dos direcciones, con el fin de perjudicar a su hijo. Los míos están tomando medicación.
LOS NIÑOS NO SON MALOS POR NATURALEZA
Las habituales frases «es que es muy vago», «solo le gusta jugar», «no aprende porque no quiere», «da igual con que lo castigues», «todo le da igual», «cuando le hablas, está pensando en otras cosas»… y otras muchas que seguro habéis oído y dicho, no hacen más que confirmar, que algo no funciona correctamente en la manera de tratar con el niño, que no estamos siendo capaces de comprender las dificultades que el niño con TDAH atraviesa.
Además se corre un peligro evidente: Esas frases tan repetidas, no hacen más que reafirmar al niño, a los padres y a todas las personas que lo rodean en la idea de que son ciertas todas y cada una de ellas. Las palabras acaban configurando la realidad de esos niños y de sus padres.
Mi experiencia personal como TDAH y como padre orgulloso de dos hijos TDAH, no ha hecho más que confirmar que es necesario un cambio fundamental basado en la idea de que LOS NIÑOS SON BUENOS POR NATURALEZA, de que es necesario un cambio de paradigma en el modo en que yo he encontrado que se trataba a los niños con hiperactividad.
Así que me puse manos a la obra y busqué la forma de revertir dicha situación. Me limité simplemente a pensar y reflexionar sobre las situaciones en las que me he visto inmerso durante mi vida (desde donde puedo recordar) y traté de buscar los motivos (nunca los culpables), que habían conducido a esas situaciones.
Posteriormente lo extrapolé a las situaciones de mis hijos, siempre teniendo en cuenta las posibles variables, (época, rasgos personales, etc.). Curiosamente, en breve espacio de tiempo, empecé a comprender mucho mejor a mis hijos y no solo eso, sino que además empecé a encontrar muchas formas de ayudarles a manejarse con sus rasgos. ¡¡¡¡Y no es para nada fácil!!!!!. Porque no olvidemos que la gama de rasgos que puede tener un TDAH es tan amplia como variable y que en ocasiones se puede confundir con otros trastornos de conducta.
Desde ahí los fui incorporando poco a poco a mi trabajo como entrenador y he visto que utilizando esa motivación y el deporte como vehículo, era posible encontrar modos sencillos de acceder a esa necesidad central de cada persona de expresarse, que en los niños con TDAH tiene que aparecer a través de varios filtros que los adultos utilizamos de forma habitual y que nos parecen ligados a la comunicación. Accediendo a través del deporte, el niño encuentra junto a su posibilidad de expresión, el acceso de a la autoestima y una mejor compresión de sí mismo. Todo esto produce un cambio sustancial con una mejora evidente de la motivación.
Además en poco tiempo me di cuenta, que la metodología del deporte puede ser también una gran ayuda complementaria en otros casos de niños con necesidades especiales. Así nació NECESPORT.
En el proceso con un hijo con TDAH es fundamental contar con profesionales de la docencia, realmente comprometidos con la educación de los niños y que además se han formado o actualizado en las nuevas metodologías. Es muy importante que los profesores estén actualizados, sensibilizados y conozcan las nuevas metodologías y herramientas a su alcance.
Cuando el centro educativo no está actualizado o sus docentes no están sensibilizados con la problemática existente, lo mejor para los padres y principalmente para el niño, es buscar un colegio que se adapte y cambiarlo.
Como ejemplo voy a comentar esta analogía que creo explica muy bien dicha situación. Tu hijo tiene una minusvalía física, la cual básicamente consiste en que le falta uno de sus miembros inferiores. Aunque su minusvalía es evidente. Tú, como Padre/Madre del niño, te presentas en el centro para hablar con el profesor de educación física, con el fin de comentarlo con él y solicitarle que adapte a tu hijo las pruebas de la forma necesaria, para poder realizar la asignatura. El te dice que por supuesto, que no te preocupes, que para eso está allí. Tu sorpresa llega cuando en la evaluación tu hijo viene con un suspenso (el cual por cierto tiene más que asumido por desgracia) y al ir a pedir explicaciones, te dicen que no ha corrido los 100 metros en el mismo tiempo que los demás. Y da igual los justificantes que lleves y de la forma o el idioma en el que intentes razonar con el centro. Las tablas son las que hay y tu hijo no las ha superado. Bien pues este ejemplo que es algo exagerado y por supuesto inventado, es lo que sufren los niños con TDAH en este tipo de centros. No solo no les adaptan las metodologías que la propia ley proporciona a los centros, sino que además cada vez los hunden más en su propia desazón.
Pero afortunadamente, cada vez, son más los profesionales de la docencia que lo son por vocación y eso implica esa sensibilidad y formación para atender a la diversidad que tan necesarias y positivas son para nuestros hijos. Existen muchos centros en los que poder encontrar este tipo de profesionales y sinceramente, es mi opinión nunca una aseveración, no os imagináis el cambio que puede llegar a experimentar vuestro hijo a nivel emocional, lo cual le llevará a su mejora a todos los demás niveles, familiares, cognitivos, sociales, y por supuesto académicos.
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