4 estilos de comunicación y su influencia en las relaciones

Tenemos relaciones todos los días y estas tienen un fuerte impacto en las otras personas con las que nos relacionamos, especialmente si hay circunstancias de desigualdad como puede ser la relación docente-alumno. No tenerlo en cuenta tiene una influencia en el alumno, en su autoestima y en el modo como se va a sentir vinculado con el aprendizaje en el aula. Siguiendo 2 ejes que recogen la importancia del “tu” y del “yo” se puede configurar 4 estilos de relación, cada uno de ellos se sitúa en una de las zonas en las que se divide el gráfico. La capacidad de establecer relaciones que nutran a las personas es una competencia necesaria para el docente. Para manejar bien el propio estilo se necesita un aprendizaje y una atención constante. Y de los 4 estilos que aparecen solo uno respeta a ambos términos de la relación, al docente y al alumno o alumnos: El estilo [...]

Asertividad

Resumen: la asertividad no es una emoción, es una actitud. Se encuentra entre 2 extremos: sumiso y agresivo. Se refiere a saber expresar los límites en las relaciones, a nivel emocional, expresar el enfado con naturalidad o no. Debajo de la actitud sumisa suele haber un miedo viejo a perder la relación. Debajo de la actitud agresiva suele estar un miedo a dejarse conocer. La asertividad no es una emoción, es una actitud. Desde el punto de vista emocional es un patrón de respuesta emocional. Que sea un patrón significa que hay un bloque de respuesta prácticamente automática que encadena situación-sensación-emoción-sentimiento-conducta, de modo que en las situaciones en que el patrón se desencadena pasamos casi sin percibirlo desde situación a conducta. En el caso de la asertividad el tipo de situación que desencadena el patrón es la relación con una persona (o las relaciones con otras personas en general). La producción de patrones emocionales [...]

El parapeto que construye el enfado

Resumen: el enfado construye un parapeto hecho de miedo, desigualdad, energía y concentración en el obstáculo. Todo ello aísla al enfadado. Los demás sienten miedo y se alejan. La gestión del enfado tiene una primera fase de drenaje de la energía, pero no se puede detener en esto sino llegar a un compromiso de acción que satisfaga la necesidad de quien está enfadado. En esta entrada me refiero al enfado como emoción básica, es decir sirve también para las emociones de la familia del enfado: rabia, indignación, cabreo, ira, En mi experiencia he encontrado que el enfado genera miedo y ese miedo al enfado es a la postre su mejor defensa. Las personas que se refugian detrás del enfado, es decir aquellas en las que el enfado es una emoción instrumental, la que dibuja su perfil emocional, consiguen que los demás les tengan miedo y que, por ejemplo, no pidan aquello que de otro [...]