Entrada elaborada por Beatriz Sola Aguinaga Coach emocional y terapeuta EFT
¡Si no prestas atención a los tesoros que posees, estos te serán arrebatados!
Vamos a recopilar brevemente lo que hicimos en el capítulo anterior.
Comenzamos con la escucha desde el cuerpo, volver a atender a nuestra intuición para preguntarnos: ¿qué está pasando ahora en mi interior?
Luego iniciamos nuestro trabajo personal tomando consciencia de nuestros anhelos, esas cosas que queremos cambiar en nuestra vida, eso que sentimos que hemos perdido de nosotr@s mism@s por el camino.
Del cuento de Barba Azul, nos vamos centrar en este personaje y en la forma que tiene de actuar. Es lo que la Dra. Pinkola llama “El Depredador”, y su misión es quitarnos la energía, hacernos sentir pequeñ@s, que no valemos, que no merece la pena que lo intentemos porque “total, no va a salir bien”.
Este personaje nos ayuda a poner voz a esos pensamientos que muchas veces surgen en nuestro interior, ese mecanismo que se ha hecho inconsciente y que ya ni siquiera oímos. Por eso tenemos que afinar nuestro oído para escuchar estas voces que nos impiden y nos bloquean. Es vital abrir la puerta de nuestra cámara de los horrores en la que encontraremos las heridas con las que estamos cargando y que todavía sangran porque no queremos mirarlas, porque no se han curado bien.
Sólo cuando vemos algo, cuando aceptamos que está ahí y que es nuestra realidad ahora, podemos comenzar a trabajar con eso. Y sólo con mirar y aceptar que está ahí, ya cambia mi forma de vivirlo. Este cambio lo vas a sentir en tu interior.
El trabajo con este capítulo es hacernos conscientes de ese depredador, de cómo actúa en nuestra vida y las consecuencias que tiene. Para esta tarea, te propongo estas preguntas que te pueden ayudar:
- ¿En algún momento de tu vida has intentado desarrollar, crecer en una parte de ti, y algo te lo ha impedido? ¿Qué era? ¿Cómo te impedía avanzar? ¿Sientes que lo has superado o crees que sigues estancad@ en ese momento?
- Si has identificado al depredador, ¿podrías ponerle forma, color,…? Busca algo que lo describa.
Además, te invito a que vayas anotando en algún sitio (una libreta, en el móvil,…) estas ideas sobre ti que te van surgiendo a lo largo del día y que te paralizan de alguna forma. Es conveniente que te pares varias veces al día para hacer anotaciones para que no se te olviden. Esto te va a ayudar a hacerte más consciente de la actuación del depredador.
Cuando sepas (por lo menos un poco) cómo actúa tu depredador, dónde estás perdiendo tu energía en el día a día, te invito a que te tomes un rato para ti y “respires” eso que no te está gustando de tu vida.
¿Cómo te sientes al ver que eso no está funcionando? No te pares en el bien o mal. Ponle nombre a esa emoción (impotencia, frustración, rabia, inseguridad…)
¿Cómo te gustaría vivir esa situación, cómo te gustaría sentirte? ¿Qué necesitas ahora? ¿Qué quieres hacer?
Concreta lo máximo posible eso que SÍ quieres vivir como un objetivo, una meta a la que te gustaría llegar (puedes consultar el artículo del blog “Las preguntas poderosas (1) Plantearse la meta.” http://wp.me/p2KddV-gq).
¿Qué verás, escucharás y sentirás cuando consigas la meta?
Dedícale tiempo a imaginar la meta. Visualízate con la meta conseguida y deja fluir por tu cuerpo esas emociones agradables (satisfacción, plenitud,…). Céntrate en esas emociones y dedícales tiempo, que cojan fuerza dentro de ti. Esta será la gasolina para hacer el camino que tenemos por delante.
Cuando tengas más o menos clara la meta, seguimos nuestra aventura con el capítulo 3: “El rastreo de los hechos: La recuperación de la intuición como iniciación. Vasalisa”
Leave A Comment