Resumen: Se resume la motivación tanto de la LOE (2006), como de las 2 versiones de la LOMCE (oct. y dic. 2012). Lo único que se puede comentar es que son excesivas direcciones para tan poco tiempo. La conclusión es que no hay ni siquiera una idea común de qué es lo importante. Desde ISIE abogamos por un pacto social y un gran acuerdo que saque a la educación del centro del debate y lo constituya en un lugar de trabajo plural y respetuoso con las personas, que permita abrir el futuro de este país.

La LOMCE en octubre 2012, comenzaba así:

«La educación es el motor que promueve la competitividad de la economía y el nivel de prosperidad de un país. El nivel educativo de un país determina su capacidad de competir con éxito en la arena internacional y de afrontar los desafíos que se planteen en el futuro. Mejorar el nivel educativo de los ciudadanos supone abrirles las puertas a puestos de trabajo de alta cualificación, lo que representa una apuesta por el crecimiento económico y por conseguir ventajas competitivas en el mercado global».

La versión 2, de diciembre la LOMCE, inicia así:

«Los alumnos son el centro y la razón de ser de la educación. El aprendizaje en la escuela debe ir dirigido a formar personas autónomas, criticas, con pensamiento propio. Todos los alumnos tienen un sueño, todas las personas jóvenes tienen talento. Nuestras personas y sus talentos son lo más valioso que tenemos como país.

Para ello, todos y cada uno de los alumnos serán objeto de atención en una búsqueda de desarrollo del talento, que convierta a la educación en el principal instrumento de movilidad social, ayude a superar barreras económicas y sociales y genere aspiraciones y ambiciones realizables para todos.

Todos los estudiantes poseen talento, pero la naturaleza de este talento difiere entre ellos, por lo que el sistema educativo debe contar con los mecanismos necesarios para reconocerlo y potenciarlo. El reconocimiento de esta diversidad entre alumnos en sus habilidades y expectativas es el primer paso de cara al desarrollo de una estructura educativa que contemple diferentes trayectorias».

Como se puede comprobar el cambio es tan sustancial que con dificultad se puede mantener que es la misma ley. Un bandazo tan fuerte deja desconfiado sobre cuáles son realmente las intenciones del ministro con la nueva ley. Se pasa desde una orientación donde el mercado es el que impera, a una primacía del talento, aunque esta matizada en la afirmación de que «todos los estudiantes poseen talento», que casi suena como una escusa para poder establecer una educación que se basada en la excelencia.

También es un cambio radical con la LOE de 2006, cuyo comienzo era:

«Las sociedades actuales conceden gran importancia a la educación que reciben sus jóvenes, en la convicción de que de ella dependen tanto el bienestar individual como el colectivo. La educación es el medio más adecuado para construir su personalidad, desarrollar al máximo sus capacidades, conformar su propia identidad personal y configurar su comprensión de la realidad, integrando la dimensión cognoscitiva, la afectiva y la axiológica. Para la sociedad, la educación es el medio de transmitir y, al mismo tiempo, de renovar la cultura y el acervo de conocimientos y valores que la sustentan, de extraer las máximas posibilidades de sus fuentes de riqueza, de fomentar la convivencia democrática y el respeto a las diferencias individuales, de promover la solidaridad y evitar la discriminación».

La referencia al mercado no aparecía por ninguna parte, y el acento está en las personas y la sociedad en su conjunto, buscando «evitar la discriminación» en una sociedad cohesionada. Es decir una búsqueda de igualdad social, donde se colabora por parte de ciudadanos formados integralmente (desde el punto de vista social).

Resumo en 3 direcciones simplificando, pero las direcciones son el sentido que se coge:

  1. LOE 2006: persona en la sociedad, es capital la igualdad social
  2. LOMCE octubre 2012: competir en el mercado global.
  3. LOMCE diciembre 2012: el talento, una visión de la persona desde lo individual.

Lo único que se puede comentar es que son excesivas direcciones para tan poco tiempo.

Además es significativo que el debate sobre educación se haya convertido en el centro del debate político, con posiciones enfrentadas sobre el modo de entender la realidad España y sus diversidades culturales y nacionales.

En la calle se transforma en dos puntos de vista: escuela pública y escuela concertada y privada, como partidarias irreconciliables de dos puntos de vista: igualdad o defensa de las propias ideas y propio modo de entender la cultura.

La conclusión es que no hay ni siquiera una idea común de qué es lo importante: la persona, la sociedad, la economía, la igualdad, el talento, el respeto a la diversidad cultural o la búsqueda de una identidad común… No existe una visión común de las prioridades entre estos valores.

Y la solución se hace por imposición desde la dimensión política, donde la mayoría de turno hace valer sus puntos de vista.

Por ello, desde ISIE abogamos por un pacto social y un gran acuerdo que saque a la educación del centro del debate y lo constituya en un lugar de trabajo plural y respetuoso con las personas, que permita abrir el futuro de este país. De la formación depende el futuro, el bienestar y la felicidad por un  lado y, por otro, el trabajo y la iniciativa y creatividad en el terreno económico, que son imprescindibles en este momento en este país. Y esto para cada persona y para la sociedad en su conjunto. Debemos hacer un esfuerzo por invertir en la educación. Invertir en dos sentidos. Primero, sacándola del debate, preservando los las herramientas, personales y de conocimiento, que vamos a legar a nuestros hijos, para que puedan construirse un futuro. Segundo invertir en el sentido económico para que la educación pueda cumplir sus objetivos. Precisamente la crisis en la que estamos inmersos convierte estas dos tareas en una prioridad.

Desde el punto de vista de ISIE (Instituto Superior de Inteligencia Emocional) sabemos que el mejor recurso que tenemos son la personas, y necesitamos que de ese pacto surja claridad en la visión de la persona y de lo que se considera necesario para un aprendizaje significativo, que incluya todas las dimensiones de la persona, con especial referencia a la emocional.  Nuestra convicción es que solamente la confianza en las personas, y desde esta en los grupos, en las culturas, es lo que va a ayudar a sacar adelante en este país. Solo preservando riqueza de la diversidad personal se obtienen los recursos necesarios para toda una sociedad ahora en crisis.

Para ese gran acuerdo es para lo que queremos hacer oír nuestra voz en este momento.