Esta entrada es deudora de Leslie S. Greenberg y Rhonda N. Goldman, Emotion-Focused Couples Therapy. The dynamics of emotion, love and Power. American Psycological Assotiation, Washington DC, 2008. Los aciertos hay que imputárselos a ellos, los errores corren de mi cuenta.

Los humanos tenemos una amplia serie de sentimientos de carácter social, es decir que
están diseñados para detectar los vínculos con otros seres humanos y para evaluar dichos vínculos. En esta entrada no vamos a describirlos ni a hacer una valoración de ellos, sino solo a establecer su existencia haciendo una clasificación. Estos sentimientos sociales se dividen en dos grandes grupos: sentimientos de afiliación y sentimientos de dominio.

1) Los sentimientos de afiliación tienen como función regular y evaluar las relaciones sociales.

a) El primero es el miedo. El miedo se sitúa en el centro de un sistema de lucha o huida (fight-flight system). ES decir regula el acercamiento cuando este es evaluado de forma negativa (rechazo) por el sistema emocional.

b) Sentimientos de afiliación o de búsqueda de atención. Son una serie de sentimientos que regulan las relaciones cuando estas son evaluadas positivamente. Se trata de sentimientos desarrollados en las especies sociales y que aparecen de un modo destacado en el ser humano.

Preparan para una serie de respuestas (conductas o actitudes emocionales) ante la presencia del otro como son ansiedad, protesta, separación, correr hacia los padres o esconderse detrás de estos buscando protección, etc.

Estos sentimientos se desencadenan por algunas señales tanto en la voz como en el rostro, producidas por ejemplo por la angustia.

Los sentimientos más característicos son amor y compasión, que acompañan a la experiencia de ternura y a conductas muy expresivas de sonrisas y miradas. Todos comportamientos que establecen fuertes vínculos.

c) Sentimientos de soledad. Una serie de sentimientos que buscan de nuevo el contacto cuando este se ha perdido o nuevos contactos.

Cuando estos sentimientos se refieren a vínculos entre hijos y padres/madres, los sentimientos principales son de angustia y tristeza ante la ausencia.

También están los sentimientos relacionados con la pareja, que giran alrededor de amor-deseo, sensible a los valores macho-hembra. Estos valores se refieren a belleza, fertilidad, castidad, estatus social, carácter, etc. La conducta originada es de interés y compromiso. También se generan sentimientos de protección frente a posibles competidores, como son los celos y el enfado que envía señales de amenaza.

2) Sentimientos de dominio-sumisión. Esta dualidad se establece cuando se trata de conductas de distribución de recursos y concierne a una serie de sentimientos que buscan (A) el mantenimiento de la jerarquía, ya que esta supone poder, influencia y control en las relaciones, y (B) el mantenimiento de la cooperación.

(A) Sentimientos de mantenimiento de la jerarquía. Son tanto de sumisión como de dominio.

  1. Sumisión
    1. Vergüenza, que procede de sentimientos de inferioridad y embarazo que muestra signos de sumisión para aplazar al dominante.
    2. Miedo, conlleva señales de la sumisión y tiene el afecto de aplacar al dominante.
    3. Admiración, que conlleva el reconocimiento de algo más grande y conlleva señales de sumisión
    4. Dominio
      1. Desprecio o rechazo, que procede del sentimiento de sentirse superior o dominante. El asco es el modo de establecer las distancias sociales.
      2. Enfado. Conlleva todas las señales del dominio y la superioridad. El enfado emocionalmente no sitúa en igualdad con el otro, sino por encima.

(B) Sentimientos de mantenimiento de la cooperación

  1. Culpa, que surge por violación de la reciprocidad
  2. Venganza o enfado moral, que brota del deseo de castigar al violador de las normas de convivencia.
  3. Gratitud, que establece un premio a la reciprocidad
  4. Envidia, que busca preservar las relaciones entre iguales.