Resumen: La gramática nos enseña que solo hay 3 personas posibles en las oraciones. La PNL habla también de 3 posiciones perceptivas que se corresponden exactamente con las personas de la gramática. La posición del «yo», es la del que habla en primera persona, la que habla desde dentro del problema con carga emocional. La posición del «tu» es la posición del amigo. La posición del «él/ella» es la posición objetiva, el del que ve el problema desde fuera. Una herramienta excelente de coaching emocional consiste en hacer pasar al alguien que se encuentra metido en un problema por las 3 posiciones. Su perspectiva se ha enriquecido grandemente.
La gramática nos enseña desde pequeños que solo hay 3 personas posibles en las oraciones. Esas personas gramaticales indican si el sujeto es quien habla, a quien se le habla o de quien se habla en la oración. Esas 3 personas son «yo», «tu», «él/ella». Pueden ser singular o plural pero siguen siendo 3 personas y no más. Además esto ocurre así en todas las lenguas, no hay lengua que tenga 4 personas. Esto nos lleva a darnos cuenta que hay algo en la estructura de la realidad que explica esto. Hay 3 posibles posiciones del sujeto.
La PNL, que ha trabajado el modo en que las percepciones llegan a nosotros, habla también de 3 posiciones perceptivas que se corresponden exactamente con las personas de la gramática. Cada una de ellas implica un punto de vista diferente de la misma situación. Es decir las cosas no se ven igual si se ven desde el «yo», desde el «tu», o desde el «él/ella». Cada una de ellas configura en el observador una posición diversa y desde ahí una perspectiva diferente.
La posición del «yo», es la del que habla en primera persona, la que habla desde dentro del problema, la persona que lo está viviendo y por tanto a la que la situación genera carga emocional. Las cosas no le son para nada indiferentes y le preocupan o le alegran, le dan miedo o le enfadan. Esta carga emocional colorea el problema con un color emocional específico de la persona.
La posición del «tu» es la posición del amigo. Al amigo le preocupa la persona (el «yo») al que la situación está afectando, y por esto enfoca su perspectiva desde el punto de vista del bien (en su modo de entenderlo) de la otra persona: «tu, lo que debes hacer es…», o bien, «lo que yo haría en tu lugar es…». Su intervención asume con frecuencia un marcado sesgo normativo: lo que deberías hacer, lo que es bueno.
La posición del «él/ella» es la posición objetiva, el del que ve el problema desde fuera y habla sin implicación emocional. Es la posición del técnico o el especialista en el problema, ve las diferentes implicaciones del problema, lo estudia de manera sistémica, relacionándolo con las situaciones afines, etc. Pero no se responsabiliza del problema, no es «su» problema, es un problema de otro. El sesgo que coge es la problematización, transforma la situación en problema a resolver, pero no a resolver en la práctica, sino sencillamente a dar una solución, la mejor.
Planteadas así las 3 personas se ve que son 3 puntos de vista diferentes y una herramienta excelente de coaching emocional consiste precisamente en hacer pasar al alguien que se encuentra metido en un problema y se encuentra confuso o no sabe cómo resolverlo, por las 3 posiciones. También es una buena herramienta para el profesor que quiera que un alumno enfoque un problema de un modo diverso, o encuentre una salida a un problema personal o de relaciones. Al finalizar va a tener una perspectiva totalmente diferente del problema. Su perspectiva se ha enriquecido grandemente.
Además lo mejor es que cada persona, cada una de las 3 posiciones, la haga desde un lugar físico diferente, es decir que cambie de lugar para hablar desde «yo», desde el «tu», y desde el «él/ella». El «yo» lo puede hacer en la posición de diálogo que se encuentre en relación al profesor o coach, sencillamente que relate el problema tal como lo ve desde su punto de vista. El «tu» lo puede hacer intercambiando posiciones profesor y alumno, se debe insistir para que al hablar lo haga en segunda persona y no pase al «yo». El «él/ella» desde una posición alejada del profesor y por ejemplo de pie, distanciado también físicamente del problema y hablando en tercera persona. Tarea del profesor (del coach) es conseguir que el alumno se meta realmente en los 3 papeles, de modo que al vivirlos de modos diferentes pueda extraer mucha información que ya realmente tiene, y que ahora va quedar sobre la mesa.
esta super