17669810_sEntrada escrita por Daniel Sancho Tos, entrenador deportivo emocional y fundador de NECESPORT y por Antonio Esquivias

Como ya expuse en un artículo anterior, soy padre afortunado de tres hijos y dos de ellos diagnosticados con TDAH. Vuelvo a repetirlo porque creo que es una circunstancia importante (o al menos atenuante) a la hora de entender lo que a continuación expongo.

Recientemente cayó en mis manos (o mejor dicho en mi ordenador), un artículo sobre niños con TDAH, en el que una madre exponía su caso concreto y una psicóloga le contestaba como debía actuar en casa para ayudarle.

Teniendo en cuenta la disparidad de criterios en cuanto a la existencia o no del TDAH, en el caso de su existencia, la conveniencia o no de ayudar con medicación, teniendo en cuenta también la cantidad y variabilidad de rasgos atribuibles a dicho trastorno, considero de verdad, que es demasiado difícil establecer un protocolo de actuación generalizado con el que poder ayudar a los padres en tan complicado desempeño. Todavía más si el protocolo viene establecido por personas que NO saben lo que es convivir diariamente en el hogar con estos niños.

En el artículo que menciono se habla de hasta 12 reglas o normas a establecer en el hogar con hijos con TDAH.

Voy a analizarlas alguna de ellas desde el punto de vista de los padres y desde el punto de vista de un hijo con TDAH. Y me permito el lujo de hacerlo porque cumplo los dos requisitos.

Desde el punto de vista de los padres:

  • Diseñar un sistema de señalespara usar con ellos en distintas situaciones sociales.  ej. Si el niño mueve las piernas de manera descontrolada en público y esta conducta se repite de manera frecuente, acordaremos con él una sencilla señal corporal (tipo tocarnos la oreja o cualquier otra) de manera que entienda que debe dejar de hacerlo sin necesidad de verbalizarlo y evitar que se sienta avergonzado.

Sinceramente, si cada vez que mis hijos realizan una conducta de este tipo, yo tengo que hacerles una señal, tocándome la oreja, o la nariz o tosiendo o…, Creo que las personas que estuviesen observándome acabarían por llamar al médico, pensando que me ha dado un ataque epiléptico. Por no decir lo agotado que puedes terminar después de tanto ejercicio. Esto tiene una parte positiva. Si añades una señal que sea levantarte y sentarte te puedes ahorrar el gimnasio.

  • Asignar un lugar para cada cosa. Los juguetes estarán guardados en cajas grandes con sus rótulos correspondientes.

Creo que está muy bien como norma y pauta de conducta, pero sinceramente para todos los integrantes de la casa, porque si no acabaríamos volviéndonos locos buscando lo que necesitamos.

  • Asegurarnos de que comprenden nuestras instrucciones. Hablaremos con voz clara y calmada, frases simples y cortas, mirándoles a los ojos. Después les pediremos que nos repitan en voz alta lo que tienen que hacer para asegurarnos de que lo han entendido.

 

Con esta se me eriza la piel. Y me remito al principio del escrito. ¿De verdad han convivido diariamente con niños como los que estamos hablando? Si los profesionales de esto no lo consiguen ¿cómo voy a conseguir yo que me entienda si no estoy preparado como ellos?

  • Felicitar inmediatamente después de una buena acción. Prestaremos atención a las conductas adecuadas que normalmente pasan desapercibidas.

Esta que la ponen al final, yo la pongo en letra más grande porque creo, que es la única que realmente podemos, perdón DEBEMOS hacer todos los padres, ya que si en algo se parecen la inmensa mayoría de los niños con TDAH, es en su baja autoestima  y sinceramente por ahí es por donde debemos empezar a trabajar con ellos y lo que más difícil se nos hace a la mayoría de los padres.

Desde el punto de vista del niño.-

  • Diseñar un sistema de señalespara usar con ellos en distintas situaciones sociales.  ej. Si el niño mueve las piernas de manera descontrolada en público y esta conducta se repite de manera frecuente, acordaremos con él una sencilla señal corporal (tipo tocarnos la oreja o cualquier otra) de manera que entienda que debe dejar de hacerlo sin necesidad de verbalizarlo y evitar que se sienta avergonzado.

Si no soy capaz de mantener la atención lo suficiente como para aprenderme o comprender un tema, ¿cómo voy a ser capaz de aprenderme toda la serie de señales que mis padres me van a hacer cuando tenga una conducta «inapropiada», la cual por cierto no es voluntaria en la inmensa mayoría de los casos?  ¿Por qué no se limitan sencillamente a hacerme una pequeña reflexión a parte para que pueda empezar a comprender lo inapropiado, si es que lo es,  de mi conducta?

  • Asignar un lugar para cada cosa. Los juguetes estarán guardados en cajas grandes con sus rótulos correspondientes.

Si yo tengo un lugar asignado para cada cosa ¿Porqué mi hermano/a  puede hacer lo que quiera con sus cosas y dejarlas por cualquier parte de la casa?

 

  • Mantener el hogar lo más estructurado posible. Funcionarán mejor si tienen un programa establecido y un horario a seguir incluyendo los fines de semana, planearemos actividades con anticipación para que se mantengan entretenidos.

 

Aquí mucho planear actividades y cuando por fin llega el momento de hacer una que me gustaba y me hacía ilusión, siempre pasa algo que lo anula. Además, por qué no me dejan en paz y jugar tranquilo? Si lo único que quiero es poder hacer cosas normales ¿qué más da si cambio de juego cada 5 minutos?

Para terminar me gustaría hacer una pequeña reflexión.

 Ni todos los niños con TDAH o sin él son iguales, ni todas las familias y sus circunstancias lo son. Diseñar protocolos generalizados  en algunos casos está muy bien, pero siempre que se haya podido realizar un muestrario lo suficientemente amplio como para comprobar que ese protocolo funciona en la gran mayoría de los casos.

Y no solo que funcione sino que además y esto es lo más importante, se puede llevar a cabo. Creo que antes de lanzarnos a dar consejos sobre cómo ayudar a los hijos de los demás, debemos informarnos sobre las circunstancias que lo rodean, familiares, escolares, sociales, cognitivas, etc….

Creo que es importante tener en cuenta que no todos estamos capacitados para todo y al menos para mí, como padre, ha sido más clarificador poder entender a mis hijos y encontrar la ayuda activa (no protocolaria) de profesionales de la educación, que todas las pautas que he intentado seguir con ellos en casa. Mi convicción es que la fuerza de la comprensión es la más grande y por tanto lo más importante es comprender a mis hijos, y para esto sirven las ayudas, y que ellos se sientan comprendidos.

Porque y con esto termino, son dos los que tengo y como he dicho antes no se parecen en nada, de modo que lo que ha servido para uno no ha servido para el otro. No quiero siquiera imaginar lo que hubiese sido, si tengo que establecer 24 normas para ellos.