Resumen: ¿Cuánto cuesta un beso? ¿Cuál es el valor económico de un beso? el beso es el símbolo de lo gratis, de lo que no se puede comprar con dinero ¿Cuanto vale un beso? nadie tiene «derecho» a un beso, siempre es regalo. Con el beso delimito el territorio de lo que me es personal, íntimo.
Cualquier pregunta sobre el beso me parece una pregunta importante porque toda la dinámica afectiva tiene en el beso su expresión central. Así que me planteo muchas preguntas, la primera es: ¿Cuanto cuesta un beso? ¿Cuál es el valor económico de un beso? La respuesta es directa, todo el mundo diría lo mismo: nada, es gratis. Esto es tan claro que se podría decir que el beso es el símbolo de lo gratis, de lo que no se puede comprar con dinero, es el símbolo del regalo. Un beso es el regalo por excelencia, es más simboliza y acompaña cualquier regalo. Por eso lo doy si quiero y a quien quiero. Es algo que esta totalmente en mi dar o no. Muy importante también esto: si lo doy a quien quiero y es gratis, nadie tiene «derecho» a un beso, siempre es regalo.
Segunda pregunta: ¿Cuanto vale un beso? Esta pregunta por el valor del beso es interesante. La anterior dice ‘cuanto cuesta’, y hemos dicho que es gratis, se podría concluir, por tanto, que su valor es cero. Sin embargo, y aquí esta la sorpresa, es gratis, pero no porque no valga nada, sino porque no se puede pagar. Vamos a pensarlo como receptor: ¿Cuanto te daría por un beso? Aquí aparece el recuerdo de Becquer: «Por una mirada un mundo/ Por una sonrisa un cielo/ Por un beso …/ Yo no se lo que te daría por un beso». La respuesta del poeta es clara: no te lo puedo pagar o me lo regalas o yo no tengo dinero para pagarlo.
De lo dicho hasta ahora podemos establecer una constatación, por otra parte obvia: el coste del beso no es medible, no se mueve en el terreno de lo económico, de lo bienes mensurables, de la cantidad, de las matemáticas: todo eso nada tiene que ver con el beso, no nos dice nada sobre él. Por el contrario se puede decir que el beso me introduce en el mundo de lo personal: doy un beso a las personas que considero cercanas a mí.
El beso es un elemento afectivo que sirve para algo así como poner una marca, señalar a aquellas personas que entran en mi terreno personal. Es decir con el beso delimito el territorio de lo que me es personal, íntimo. Es decir, el mundo de los afectos, de los amores de la persona. ¿A quién beso?: a mi pareja, a mis hijos, a mi madre, a mi familia; y también objetos que simbolizan algo que, en general, ha costado mucho, que me son muy caros: el naufrago que besa la tierra al llegar, la copa de ganador, etc. Resumen: el mundo personal, lo que es valioso en «mi mundo». Valga un ejemplo un poco pedestre: el beso marca el terreno de mis afectos, como un perro su territorio levantando la pata, aunque en el caso del beso no se hace desde el punto de vista de advertencia a terceros, sino como el más fuerte indicador afectivo entre las dos personas implicadas.
Reblogueó esto en Antropología emocionaly comentado:
Hoy, 13 de abril, día mundial del beso, quiero publicar esta entrada que saqué hace años en el blog de Educación Emocional… Espero que os guste, el beso es un elemento clave de la afectividad y de la vinculación a las personas que proporciona el sistema emocional.
Desde el punto de vista del respeto a las opiniones, no coincido en varias apreciaciones.
Paso a detallar a un modo muy de resumen:
El ser humano, por naturaleza, actúa por interés, en sentido racional.
Racionalmente o emocionalmente, si besas a alguien esperas obtener un beneficio por ello. Si, es duro, pero no lo haces desinteresadamente. Lo puedes hacer para sentirte bien contigo mismo, para demostrarle a otra/o cierta importancia o para retenerlo dentro de tu territorio y tus ‘pertenencias’.
«En un mundo sin intereses todos los besos son iguales que los del resto. Todos serían igual de ‘fríos’ «. Pero ésto no sucede con el ser humano. «Dejan de ser fríos cuando actuamos por interés», sea en forma racional o emotiva, y más cuando comenzamos a discriminar a ‘quienes sí’ o ‘quienes no’ dentro del territorio delimitado de lo personal o íntimo que haces mención aquí arriba.
¿El beso tiene valor? ¡Claro que sí!
¿Cualitativamente?
Puede valer mucho, poco, bastante o nada; según quién lo valore, en qué momento se valora, en qué entorno se valora, y puede variar con el tiempo y haber muchas mas consideraciones.
¿Cuantitativamente?
¿Se puede cuantificar un beso?
Es más complejo.
Si bien nunca es cero, sería difícil especificar valores precisos aunque se los puede ubicar como positivos o negativos.
Por ejemplo:
Pregúntale a un ser querido: “¿Qué me das si te doy un beso?”
¡Qué compromiso!
1) Si te responde que nada, el valor de su beso es positivamente muy cercano al cero. Y digo cercano porque actuaría como agente para expresar o mantener aprecio, importancia, vínculo o compensación con el otro ser el cual ‘le interesamos’.
2) Pero supongamos, como ejemplo, que la respuesta es: “Si bajas la basura, tal vez dejo que me beses”.
Aquí el valor de su beso es por debajo de cero. Se actúa por interés y tienes que añadir algo al beso para que su propuesta sea aceptada.
3) Por el contrario, si la respuesta, como ejemplo, es: «No solo te doy un beso, también te hago algo rico de comer». Aquí el valor de su beso es sin dudas por arriba de cero. La otra persona obtiene más de lo esperado. O está en deuda, o actúa por interés contigo para que estés en su círculo de importancia y le des valor tú también.
Habrá que ver ‘cuanto valor’ tiene para la otra persona que le bajen la bolsa de basura o le hagas algo rico de comer.
Teniendo en cuenta que ‘valor’ no es lo mismo que ‘coste’, el ‘cuanto cuesta’ un beso casi nunca tiene sentido económico sinó un sentido de interés.
Mis respetos.
Atte:
José Lubniewski.
He leído varias veces tu comentario buscando esas divergencias que afirmas pero no las encuentro. Solo veo que partes de una idea de interés, que como término me parece algo restrictivo y yo utilizo intencionalidad. Todo nuestro sistema emocional genera una intencionalidad, de modo que nuestro mundo es teleológico, es decir esta marcado por nuestras intencionalidad («intereses»), lo demás «no nos interesa» en realidad ni siquiera lo vemos, tendríamos que encontrar un «interés» que nos hiciera rebuscar en esas cosas que en principio no nos interesan.
Dicho esto estamos de acuerdo en que el beso está fuera del mundo económico y se mueve en el terreno afectivo de las relaciones (podrías leer las otras entradas que tengo sobre el beso: ¿qué significa un beso? y «el beso y el sexo»). como se mueve en el mundo de las relaciones no se mueve en el mundo de las cosas, por eso el ejemplo que pones de «si me das un beso, te hago la comida» en realidad es una manipulación emocional y lo es porque saca al beso de su terreno natural.
Bueno, Jose, no se si he conseguido contestar a lo que indicas, espero que si. en cualquier caso muchas gracias por comentar y especialmente por criticar, así mejoramos todos. Saludos mil
Un gusto Antonio intercambiar algunos conceptos contigo.
Ten en cuenta que no soy sociólogo, psicocólogo, ni un profesional en estos temas. Por ende, no lo tomes como crítica (y menos como mala. Tómalo simplemente como un humilde enfoque lateral con la intención de aportar algo de información para analizar, por ambos o por quién lea este espacio; con coincidencias y diferencias (aveces tácitas). Seguramente estaré lejos del 100% de tener certezas, pero trato de acercarme aunque sea un poco a ello.
Te retribuyo los mil saludos.
Atte:
José.